En este mundo vamos a tener adversidades. Jesús mismo lo dice. Ser cristiano no es una garantía de una vida sin dolor. Podemos esperar enfrentar dificultades debido a nuestra relación con Cristo. Y la pregunta importante para nosotros es: ¿La adversidad me acercará o apartará de Dios? Ninguno de nosotros somos lo suficientemente fuertes, o sabios. No podemos controlar las cosas, ni las personas. Vivimos en un mundo quebrantado.
Pero Jesús ha venido a nosotros como el Dios poderoso, y él ha vencido al mundo. También nos promete su presencia: "No te desampararé, ni te dejaré.."(hebreos 13:5). Y promete su gracia sustentadora: "
Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad" (2ª Corintios 12:9)
Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad" (2ª Corintios 12:9)
Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes le aman, pero al ver el dolor y las tragedias de la vida, la pregunta natural el "¿realmente TODAS las cosas?" ¡SI! Dice que Dios de todo sacara el bien, incluso de las cosas que el enemigo intenta para mal.
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