
Con el correr de los días, los motivos de irritación son numerosos, pequeños o grandes: contrariedades en casa, disgustos en el trabajoy complicaciones de la vida en sociedad, ¿Por qué no hgacer cada una de esas causas de irritación una perla?
Me dicen malas palabras, me hacen un reproche inmerecido: ¡Es el grano de arena que lastima! Pero la mansedumbre con que respondo viene a ser una perla.
La injusticia y el perjuicio del que soy objeto: ¡Otro grano de arena! El espiritu de renunciamiento con que lo acepto sin murmurar es una perla de alto valor para Dios.
La prueba que pasa en mi familia o en mi salud: Éste es el cuerpo extraño. La confianza y la serenidad en medio de la prueba es otra perla para el Señor. Por medio del paciente trabajo del Espíritu Santo en mí, el inconveniente que tanto me contrarió en un principio servirá para formar otra perla más.
Todas esas perlas habrán sido producidas pacientemente, en lo secreto, como en el fondo del mar; pero llegará el momento en que podrán ser admiradas en el cielo para la gloria de Dios.
...un espíritu
afable y apacible, que es de grande estima delante de Dios.
1ra. de Pedro 3:4
p4u♥
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