Regocijarse, orar y agradecer

Pablo invita a los creyentes a estar gozosos. Las exhortaciones que dirigía a los demás, él las había puesto en práctica en el curso de su vida que estuvo llena de toda clase de dificultades. Por eso pudo ser categórico en  resaltar el "siempre", "sin cesar", "en todo", es decir, cuando la vida es complicada como cuando no lo es.
En comparación con el modo de vida de hace 50 años , tenemos mas facilidades en el plano material, pero esto no impide que cada uno no tenga problemas. Siempre es posible orar, aunque enfrentemos pruebas y vemos como el mal se extiende al rededor. Sin embargo, tenemos la libertad de leer la palabra de Dios, rendirle culto y extender el evangelio a otros lugares. Si todas estas facilidades desaparecieran, nos quedaría nuestra relación con Dios, la que nadie puede interrumpir, y aun podríamos gozarnos, orar y dar gracias. ¿De qué podemos quejarnos?
Centremonos en resaltar todos los motivos que tenemos para regocijarnos; confiemos plenamente en Dios; así, en todo podremos dar las gracias y la gloria a Él.




Estad siempre gozosos. 
Orad sin cesar.
Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús. 
1ra. Tesalonicenses 5:16-18


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