Lección 9A



Hechos de los apóstoles

En la lección anterior vimos los cuatro evangelios. Verá que son los primeros cuatro libros de historia en el nuevo testamento.

Los 27 libros del nuevo testamento están divididos en tres secciones:


5 Libros de historia                  Mateo, Marcos, Lucas, Juan
                                                           Hechos de los apóstoles (Hechos)

21 Cartas                                       Romanos                     Tito
                                                           1 Corintios                   Filemón
                                                           2 Corintios                   Hebreos
                                                           Gálatas            Santiago
                                                           Efesios                         1 Pedro
                                                           Filipenses                     2 Pedro
                                                           Colosenses                  1 Juan
                                                           1 Tesalonicenses          2 Juan
                                                           2 Tesalonicenses          3 Juan
                                                           1 Timoteo                    Judas
                                                           2 Timoteo

1 Libro de Profecía                  Apocalipsis



El quinto libro de historia en el nuevo testamento es “Hechos de los apóstoles” porque describe los hechos     que Pedro, Pablo y otros apóstoles hicieron después de la ascensión de Jesús al cielo. Pero otro nombre para el libro podría ser “Hechos del Espíritu Santo”, porque era el Espíritu Santo el que obraba por medio de los apóstoles.

Un poco antes de ascender al cielo, Jesús hizo a sus discípulos una promesa muy importante.

“recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra”
 (Hechos 1:8)

Esta promesa de Jesús se cumplió en el día de Pentecostés.
Cuando vino por primera vez el Espíritu Santo, hubo un ruido como de viento, y se les aparecieron lenguas repartidas como de fuego. Sin embargo, esto no significa que el Espíritu Santo sea una fuerza impersonal como el viento o el fuego. Más bien, el Espíritu Santo es una persona real. Es el Espíritu de Jesús, que viene a morar en nosotros como nuestro ayudador y amigo. El Espíritu Santo también fue ayudador y amigo de los apóstoles, Él llenó sus vidas para que pudieran ser testigos.


Vez tras vez en Hechos, leemos como el Espíritu Santo ayudó a los apóstoles a testificar de Jesús. Lo hizo principalmente de cuatro maneras, dándoles:

·        Señales y milagros
·        Su mensaje
·        Valor
·        Dirección especial




Señales y milagros

En el día de pentecostés, el Espíritu Santo usó la señal de lenguas para atraer la atención de la gente. Se interesaron, pero estaban confundidos y la señal les dio una oportunidad para testificar pero, la señal en sí misma, no era un testimonio completo.

Más tarde, un discípulo llamado Felipe predicó en Samaria

Y la gente, unánime, escuchaba atentamente las cosas que decía Felipe, oyendo y viendo las señales que hacía. (Hechos 8:6)


Los cristianos tienen diferentes opiniones  sobre las señales y milagros. Sin embargo, pareciera que, como en el caso de Felipe que hemos mencionado, pueden ayudar a atraer la atención de los incrédulos. Pero, en sí mismos, no son suficientes para llevar a la gente a Cristo, también necesitan oír el mensaje.



El mensaje

En el día de pentecostés, la atención fue atraida primero por la señal de lenguas, luego Pedro predicó. (Hechos 2:14)

¡Recuerda que este fue el primer sermón de Pedro y no había tenido oportunidad para prepararlo de antemano! Él no era académico por profesión sino pescador con poca educación.
Con la ayuda del Espíritu Santo, Pedro dio un mensaje poderoso sobre la muerte y resurrección de Jesús y desafió a los oyentes al arrepentimiento.

“Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas.”

Pedro en sí mismo no era un predicador especial pero el Espíritu Santo le dio un mensaje especial. Aun si nos consideramos débiles en testimonio, el Espíritu Santo puede darnos un mensaje especial.
El Espíritu Santo capacito a los apóstoles para testificar.

Valor

El Espíritu Santo no sólo dio a los apóstoles el mensaje para testificar, sino también el valor para hacerlo. Recuerde que después de la crucifixión de Jesús los apóstoles se habían encerrado en un cuarto con llave porque tenían miedo de los líderes judíos. Pero, ¡en el día de Pentecostés pudieron pararse delante de una enorme muchedumbre y proclamar el evangelio abiertamente!
Los lideres judíos trataron de impedir que los apóstoles predicaran; Anás y Caifás fueron los mismos sacerdotes que conderaron a muerte a Jesús.

No se imagine que fue fácil para los apóstoles testificar. En el próximo capitulo son interrogados nuevamente por los lideres judíos y castigados con azotes, pero los apóstoles salieron:
“Y ellos salieron de la presencia del concilio, gozosos de haber sido tenidos por dignos de padecer afrenta por causa del Nombre.”

El libro de hechos de los apóstoles menciona repetidamente el valor de los apóstoles frente a la oposición. Por ejemplo Esteban, aun mientras le apedreaban hasta la muerte, oro por sus enemigos. (Hechos 7:59-60)



Dirección especial


El Espíritu Santo dio dirección especial a los apóstoles en su testimonio. Por ejemplo,  en una oportunidad Dios envió a Felipe para llevar las buenas nuevas a un funcionario africano (eunuco) que estaba viajando por el descierto. (Hechos 8:28-39)

Así que en una forma especial el Espíritu Santo guió a Felipe para encontrarse con un hombre que estaba preparado para oír las buenas nuevas. Hubiese sido imposible para Felipe por su propio conocimiento saber de este africano en el desierto, pero escucho al Espíritu Santo y obedeció el mandato.
El Espíritu Santo, puede guiarlo de la misma manera si usted está abierto a oír su voz y obedecer su dirección. Así, usted también podría encontrarse con una persona con hambre espiritual, como lo hizo Felipe.

Por estos medios el evangelio se extendió con notable rapidez.

Sí, puede ser difícil testificar. Pero el mismo Espíritu Santo que ayudo a los apóstoles puede ayudarle a usted.

“Oh Señor, tu sabes que encuentro difícil testificar. Gracias por tu Espíritu Santo quien me puede ayudar. Por favor lléname con tu Espíritu, dame valor y guíame a las personas que estarán dispuestas a escuchar. Dame tus palabras para hablar y tu poder milagroso, para tu gloria.”