Lección 8B



Los cuatro evangelios





La palabra “evangelio” significa “buenas nuevas”. Es la buena nueva acerca del Señor Jesucristo registrado en los primeros cuatro libros del nuevo testamento, comúnmente llamados Evangelios. Estos libros describen con bastante detalle la vida de Jesucristo.
Pero ¿Por qué cuatro evangelios? ¿No será suficiente uno? ¿Acaso los cuatro no se contradicen entre sí? Estas son algunas de las preguntas que contestaremos en esta lección.

Todos hemos visto varias fotos de la misma persona, mostrándola en diferentes ocasiones, con diferentes expresiones, llevando diferente ropa. No se contradicen entre sí. Más bien conseguimos una idea más completa de la persona.


Los cuatro evangelios fueron escritos por cuatro hombres: Mateo, Marcos, Lucas y Juan. Son como cuatro retratos de Jesús que nos dan una descripción más completa de lo que un solo retrato lo podría hacer.

Como cuatro retratos, los evangelios nos muestran a Jesús desde distintas perspectivas complementarias y no son contradictorias.
El evangelio de Mateo enfatiza que Jesús es el Rey y durante el resto de esta lección estudiaremos este tema. El Rey Jesús se encuentra desde el principio hasta  el final del evangelio de Mateo.


Así, el evangelio de Marcos se mueve rápidamente y narra más las acciones de Jesús que su enseñanza.


El evangelio de Lucas se preocupa por los marginados y por los que no gozaban de las ventajas de la mayoría; muestra como Jesús buscó ayudar a personas como cobradores de impuestos, mujeres y gentiles.


El evangelio de Juan se concentra en lo que Jesús decía de sí mismo, para que los lectores tengan fe en el Hijo de Dios.

La palabra “Evangelio” significa “Buenas nuevas”




El nacimiento del Rey



En Mateo Jesús tiene el título hijo de David. Usted recordará que David fue rey de Israel, y Dios prometió que uno de sus descendientes sería el  Mesías. Asi que Mateo 1:1 nos dice que Jesús es el hijo de David, es decir, el Mesías, Rey de los Judíos.


“Cristo” es la palabra griega para la palabra “Mesías”

De modo que los judíos esperaban la venida del Mesías, que reinaría como Rey de los judíos. Esperaban que este Rey fuera aún más grande que el rey David y que echara al ejército romano.




El Rey siervo
 

Después de siglos de esperanza de parte de los judíos, por fin nace Jesús, su Rey. Pero no nació en un palacio sino en un establo. (Lucas2:7 Y dio a luz a su hijo primogénito, y lo envolvió en pañales, y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón.)

Jesús nació en un establo, y apenas se salvó de la muerte a manos del rey Herodes. Vivió como refugiado en Egipto, creció en un hogar pobre y más tarde paso tres años viajando a pie por caminos polvorientos. Sirvió a otros y lavó los pies de sus discípulos. 


En esta tierra, el Rey Jesús nuca dirigió un estado, no tuvo un ejército, ni corte, ni siervos, ni riqueza, ni palacio.

(Mateo 20:25-28 Entonces Jesús, llamándolos, dijo: Sabéis que los gobernantes de las naciones se enseñorean de ellas, y los que son grandes ejercen sobre ellas potestad.

Mas entre vosotros no será así, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros será vuestro siervo;
como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.)
Jesús se refiere a sí mismo como el Hijo del hombre y se contrasta con los gobernantes del mundo. 



El servicio del Rey



En Mateo 4:23 dice: Y recorrió Jesús toda Galilea, enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo.


Primero dice que Jesús dio enseñanza. Mucha de esta enseñanza tenía que ver con el reino de Dios. El reino de Dios no es un estado político con fronteras fijas, sino el gobierno de Dios en las vidas de su pueblo, donde Él reina en sus corazones. Según el ejemplo del sembrador, el reino se encuentra en las vidas de aquellas personas que aceptan su palabra, como la buena tierra acepta la semilla. El tema que más a menudo enseñaba Jesús era el Reino de Dios.


Mateo 13:31-32 compara el reino de Dios con un grano de mostaza:Otra parábola les refirió, diciendo: El reino de los cielos es semejante al grano de mostaza, que un hombre tomó y sembró en su campo; el cual a la verdad es la más pequeña de todas las semillas; pero cuando ha crecido, es la mayor de las hortalizas, y se hace árbol, de tal manera que vienen las aves del cielo y hacen nidos en sus ramas”.


Como un grano de mostaza el reino de Jesús comenzó en forma muy pequeña entre sus pocos seguidores. Pero creció lenta y secretamente hasta haberse extendido por todo el imperio romano. De la misma manera, en años recientes el reino de Cristo ha continuado creciendo secretamente en China, aun cuando muchas iglesias fueron destruidas y pastores encarcelados. ¡Hoy hay, por lo menos 50 millones de creyentes en China! 


El segundo aspecto del ministerio real de Jesús en Mateo 4:23 es la predicación. Jesús predicó las buenas nuevas del reino y llamó al pueblo a aceptar su gobierno en sus vidas. Esto fue buena nueva porque el gobierno de Jesús es uno de paz y libertad. Su invitación es: Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.(Mateo 11:28)


El tercer aspecto del ministerio de Jesús mencionado en Mateo 4:23 es la Sanidad. Jesús hizo milagros porque amaba al pueblo y porque sus milagros mostraban su autoridad como Rey, ya sea, sanando a los enfermos, echando fuera demonios o clamando una tormenta. Estos milagros eran señales del reino de Jesús.



El sufrimiento del rey

 
Mateo capítulos del 21 al 27 cubren solamente una semana en la vida de Jesús. La semana comenzó con su entrada en Jerusalén sobre un asno (burro). La muchedumbre se emocionó muchísimo, porque pensaba que venía como Mesías para asumir su trono en Jerusalén. Gritaron vez tras vez: “¡Hosanna al hijo de David!”


¡Qué buena oportunidad tubo Jesús para ser Rey terrenal si lo hubiera deseado! Podría haber juntado un ejército, echado fuera a los romanos y asumido su trono como Rey de los judíos. Pero Jesús rehusó tomar su reino en esa forma y aun cuando los soldados vinieron para arrestarlo, Jesús no se defendió.
(Mateo 26:52-54
Entonces Jesús le dijo: Vuelve tu espada a su lugar; porque todos los que tomen espada, a espada perecerán. ¿Acaso piensas que no puedo ahora orar a mi Padre, y que él no me daría más de doce legiones de ángeles? ¿Pero cómo entonces se cumplirían las Escrituras, de que es necesario que así se haga? 


Así que Jesús fue llevado para ser crucificado. En su momento de extremos sufrimiento, por encima de su cabeza se fijó un letrero: Y pusieron sobre su cabeza su causa escrita: ESTE ES JESÚS, EL REY DE LOS JUDÍOS. (Mateo 27:37)


De modo que, aun en el punto de la muerte de Jesús, se nos recuerda de su título, Rey de los Judíos. La cruz, parecía la derrota de Jesús y la victoria de satanás. Pero en realidad, fue donde tuvo la victoria sobre la muerte, como fue comprobado al tercer día resucitó.



La gloria del Rey




Así que Jesús, Rey de los judíos, resucitó de entre los muertos y recibió su reino. Y es Rey no solamente de los judíos, sino de todas las naciones. En Mateo 28:18-19 expresó esta gran declaración: 

“Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones”


En estos días, Jesús es Rey y tiene toda autoridad en el cielo y en la tierra. Hasta ahora, esta autoridad sigue escondida. Pero:


Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él, entonces se sentará en su trono de gloria (Mateo 25:31)


Hemos visto que el evangelio de Mateo muestra a Jesús como Rey. Hemos estudiado el nacimiento del Rey, su carácter como siervo, tres aspectos de su ministerio, los sufrimientos del Rey y su gloria.