¿Se ha
detenido alguna vez a pensar, en el
poder que tienen las palabras? Hay palabras que animan y otras que
desalientan. Palabras que sanan heridas y otras que lastiman el alma.
Reconozcámoslo
o no, nuestras palabras afectan a quienes nos rodean.
Jesús nos llama a cuidar nuestro vocabulario:
PORQUE POR
TUS PALABRAS SERS JUSTIFICADO Y POR TUS PALABRAS SERÁS CONDENADO. MATEO 12:
37
Uno de los relatos bíblicos más sorprendentes
sobre el poder de la bendición, nos llega a través de las vidas de Jacob y
Esaú, los dos hijos de Isaac, el cual estaba cercano a la muerte. Jacob buscaba
la bendición de su padre y la consiguió finalmente. Su búsqueda era sincera,
aunque los medios que utilizó no fueron los más adecuados, pero él quería
romper con el estigma que conllevaba su nombre que era una expresión de la
miseria espiritual.
- Jacob, buscó con ansias la bendición de su padre y mientras Esaú andaba de cacería, Rebeca dijo a Jacob: “Ve a tu padre y preséntale esta comida, y él te dará la bendición”.
- Jacob tomó con mucha seriedad esto, tenía la seguridad que las palabras que hablara su padre sobre él le impactarían, ya fuera para bien o mal, por el resto de su vida.
- Isaac comenzó a bendecir a Jacob pensando que era Esaú y le dijo: “cualquiera que te maldiga sea maldecido, y cualquiera que te bendiga sea bendecido.” Isaac, declara bendición sobre el futuro de Jacob su hijo.
- Nuestras palabras tienen la misma clase de poder que ejercían las palabras de Isaac. Como padres debemos preocuparnos del tipo de lenguaje que utilizamos al hablar con nuestros hijos ¿estamos declarando el favor de Dios en sus vidas? o ¿estamos alimentando la ira y el rencor en el corazón de ellos? Si usted quiere que sus hijos crezcan amando a Dios piense que es usted quien debe reflejar el amor de Dios primeramente, de esta forma el hijo entenderá mejor el carácter de Dios.
Usted tiene la
responsabilidad como autoridad espiritual sobre su hijo de asegurarse que se
sienta amado, aceptado y aprobado.
- ¿Cómo es Dios? Yo lo defino como un Padre excepcional, que me ama incondicionalmente él conquistó mi corazón solo con su amor, el mensaje de Dios es un mensaje que alienta, edifica y levanta al caído, aún cuando cometo errores tengo la confianza para ir ante su presencia y tengo la seguridad de que seré perdonada porque Él me ha dado promesas tales como: hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el padre, a Jesucristo el justo.
- Si me asaltan algunos temores Dios me recuerda NADIE TE PODRÁ HACER FRENTE EN TODOS LOS DÍAS DE TU VIDA; COMO ESTUVE CON MOISÉS, ESTARÉ CONTIGO; NO TE DEJARÉ, NI TE DESAMPARARÉ”.
- Una bendición no es una bendición si no se habla y sus hijos necesitan oírle palabras como: “Te amo, pienso que eres especial, no hay nadie como tú. necesitan su bendición
Comience
a hacerlo ahora mismo.
- El hijo de Dios debe reflejar el amor de Cristo en sus palabras y en su conducta.
- Ahora llegamos a la otra parte de esta historia. Esaú comenzó a llorar en voz
alta, diciendo: “Padre, ¿no me puedes dar la bendición que le pertenece al hijo
primogénito?”
La respuesta de Isaac fue: “No, las palabras ya han salido, y no las puedo retirar. Dije que Jacob sería bendecido, y él siempre será bendecido.
Isaac dijo: “Una vez que hayan
salido las palabras, no las puedo retirar”
¿Percibe el poder de declarar
bendiciones? Declaremos bendiciones sobre nuestros esposos, esposas, hijos, padres, hermanos en la fe, pida
bendiciones de Dios para sus pastores, recuerde, estamos llamados a
bendecir aún a nuestros enemigos. (Lucas
6:28)
Santiago: 3:10 De una misma boca
proceden bendición y maldición. Hermanos míos, esto no debe ser así.
Isaac dijo: “Una vez que hayan salido las palabras, no las puedo retirar”
Y Jesús nos vuelve a recordar “PORQUE
POR TUS PALABRAS SERÀS JUSTIFICADO Y POR TUS PALABRAS SERÀS CONDENADO.MATEO 12:37.
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