Lección 4A



Lección 4A
Los libros de la ley(2) El Pueblo de Israel



 Hemos aprendido que la nación judía, o pueblo de Israel, comenzó con Abraham. Aunque Dios les prometió una tierra donde vivir, no se asentaron allí hasta 500 años después. Primero, tuvieron que pasar por muchos lugares. Seguiremos sus viajes con la ayuda del mapa.

Este mapa muestra el área que se extiende desde Egipto hasta Irak. Todas las áreas sombreadas muestran el mar y área blanca la tierra. También los puntos cardinales Norte Sur Este Oeste
En la ciudad llamada “UR” del mapa es donde nació Abraham , en el Irak de hoy. Dios lo llamó a dejar su hogar y salir de viaje. El viaje fue de unos 1600 kilómetros. Llegó primero a Canaán y se asentó allí y luego nacieron sus hijos y nietos. Su bisnieto fue José. Los hermanos de José tuvieron celos de él y lo vendieron a Egipto.
En el mapa vemos que viajo de Canaán desde el sur y luego al oeste a Egipto.
Aunque José tuvo que sufrir mucho, Dios cuidó de él y eventualmente le dio la posición de gobernador de Egipto. Más tarde sus hermanos fueron a Egipto porque no tenían comida en Canaán.     
En Génesis 45:3-8 vemos que ocurrió después:

“Y dijo José a sus hermanos: Yo soy José; ¿vive aún mi padre? Y sus hermanos no pudieron responderle, porque estaban turbados delante de él.
Entonces dijo José a sus hermanos: Acercaos ahora a mí. Y ellos se acercaron. Y él dijo: Yo soy José vuestro hermano, el que vendisteis para Egipto.
Ahora, pues, no os entristezcáis, ni os pese de haberme vendido acá; porque para preservación de vida me envió Dios delante de vosotros.
Pues ya ha habido dos años de hambre en medio de la tierra, y aún quedan cinco años en los cuales ni habrá arada ni siega.
Y Dios me envió delante de vosotros, para preservaros posteridad sobre la tierra, y para daros vida por medio de gran liberación.
Así, pues, no me enviasteis acá vosotros, sino Dios, que me ha puesto por padre de Faraón y por señor de toda su casa, y por gobernador en toda la tierra de Egipto.”
 

Muchas veces el sufrimiento nos amarga y durante años guardamos odio y venganza hacia los que nos hacen mal. Podemos ver el ejemplo de José que perdonó a sus hermanos y olvido el mal que le hicieron al ver que era el propósito de Dios para su vida aquello que ocurrió. Nosotros también debemos confiar en que Dios obra para bien, aun en tiempos de desastre.
José y sus once hermanos se asentaron en Egipto. A través de los años, su número se multiplico y originaron las doce tribus de Israel. Más tarde los israelitas perdieron el favor del rey de Egipto y tuvieron que trabajar muy duro, como esclavos, fabricando ladrillos. Clamaron a Dios pidiendo ayuda y vemos la respuesta de Dios en Éxodo 3:7:

“Dijo luego Jehová: Bien he visto la aflicción de mi pueblo que está en Egipto, y he oído su clamor a causa de sus exactores; pues he conocido sus angustias”
¿Qué consuelo nos dan esas palabras en tiempos difíciles? ¿Está Ud. Oprimido por problemas en casa? ¿Sufre dolor o enfermedad? ¿su patrón le trata mal? Entonces este seguro de que Dios ve su aflicción, oye su clamor y conoce su angustia.
En Éxodo 3:10-11 vemos al enviado de Dios para liberar al pueblo de Israel:
“Ven, por tanto, ahora, y te enviaré a Faraón, para que saques de Egipto a mi pueblo, los hijos de Israel.
Entonces Moisés respondió a Dios: ¿Quién soy yo para que vaya a Faraón, y saque de Egipto a los hijos de Israel?"

Faraón era el título del rey de Egipto, el imperio dominante en el mundo de ese entonces. Con razón Moisés tuvo miedo de él.
Pero Dios es más fuerte que cualquier poder dominante. En Éxodo 6:6-8 vemos lo que prometió hacer para los israelitas:

“Yo soy JEHOVÁ; y yo os sacaré de debajo de las tareas pesadas de Egipto, y os libraré de su servidumbre, y os redimiré con brazo extendido, y con juicios grandes; 
6:7 y os tomaré por mi pueblo y seré vuestro Dios; y vosotros sabréis que yo soy Jehová vuestro Dios, que os sacó de debajo de las tareas pesadas de Egipto. 
6:8 Y os meteré en la tierra por la cual alcé mi mano jurando que la daría a Abraham, a Isaac y a Jacob; y yo os la daré por heredad. Yo JEHOVÁ.”

El mensaje del libro de éxodo se resume en los versículos de arriba. El pueblo de Israel estaba atrapado en la esclavitud y no podía hacer nada para ayudarse a sí mismo. Pero Dios los rescato con su gran poder, y los tomo como su propio pueblo. Este es otro ejemplo importante para nuestras vidas espirituales. Eso, también, es lo que Dios hizo por nosotros que pertenecemos a Cristo y fuimos liberados de la esclavitud al pecado.
Dios cumplió su promesa. Envió 10 grandes plagas sobre Egipto hasta que al final se le permitió al pueblo de Israel salir libre. La flecha en el mapa muestra que viajaron los israelitas hacia el este.

Al viajar hacia el este, su camino fue bloqueado por el mar rojo que no era tan profundo, pero lo suficiente como para no ser cruzado a pie. Mientras tanto, el faraón había cambiado de idea y los estaba persiguiendo con cientos de carros. ¡El pueblo estaba atrapado con agua por delante y el ejército de Egipto por detrás! Estaban aterrorizados.
Vemos la respuesta de Moisés a sus quejas en éxodo 14:13-14:
“Y Moisés dijo al pueblo: No temáis; estad firmes, y ved la salvación que Jehová hará hoy con vosotros; porque los egipcios que hoy habéis visto, nunca más para siempre los veréis.
Jehová peleará por vosotros, y vosotros estaréis tranquilos.”
Éxodo 14:21-31 nos muestra que sucedió después:
Y extendió Moisés su mano sobre el mar, e hizo Jehová que el mar se retirase por recio viento oriental toda aquella noche; y volvió el mar en seco, y las aguas quedaron divididas.
Entonces los hijos de Israel entraron por en medio del mar, en seco, teniendo las aguas como muro a su derecha y a su izquierda.
Y siguiéndolos los egipcios, entraron tras ellos hasta la mitad del mar, toda la caballería de Faraón, sus carros y su gente de a caballo.
Aconteció a la vigilia de la mañana, que Jehová miró el campamento de los egipcios desde la columna de fuego y nube, y trastornó el campamento de los egipcios,
y quitó las ruedas de sus carros, y los trastornó gravemente. Entonces los egipcios dijeron: Huyamos de delante de Israel, porque Jehová pelea por ellos contra los egipcios.
Y Jehová dijo a Moisés: Extiende tu mano sobre el mar, para que las aguas vuelvan sobre los egipcios, sobre sus carros, y sobre su caballería.
Entonces Moisés extendió su mano sobre el mar, y cuando amanecía, el mar se volvió en toda su fuerza, y los egipcios al huir se encontraban con el mar; y Jehová derribó a los egipcios en medio del mar.
Y volvieron las aguas, y cubrieron los carros y la caballería, y todo el ejército de Faraón que había entrado tras ellos en el mar; no quedó de ellos ni uno.
Y los hijos de Israel fueron por en medio del mar, en seco, teniendo las aguas por muro a su derecha y a su izquierda.
Así salvó Jehová aquel día a Israel de mano de los egipcios; e Israel vio a los egipcios muertos a la orilla del mar.
Y vio Israel aquel grande hecho que Jehová ejecutó contra los egipcios; y el pueblo temió a Jehová, y creyeron a Jehová y a Moisés su siervo.”
Probablemente este gran milagro fue el episodio mas importante en la historia de Israel. El pueblo nunca se olvido de ello y solia cantar en sus salmos:
“Reprendió al Mar Rojo y lo secó,
Y les hizo ir por el abismo como por un desierto.
Los salvó de mano del enemigo,
Y los rescató de mano del adversario.”

El cruce del mar rojo es un importante ejemplo espiritual para los cristianos. Tal como Dios por un gran milagro saco a su pueblo de la esclavitud en Egipto a la libertad, así, por medio de la cruz de Jesús, nos ha libertado de la esclavitud del pecado. Hemos visto 2 grandes hechos históricos de Dios. Por medio del primero, el pueblo de Israel pasó a ser el pueblo del antiguo pacto, por medio del segundo hecho histórico, la cruz, comenzó a existir  el pueblo del nuevo pacto, es decir, el pueblo de Cristo.