Querida amiga nunca olvides que la palabra de Dios nos regala muchas promesas que nos permiten fortalecer nuestro espíritu y superar nuestras debilidades.
NUNCA OLVIDES SU PALABRA Y ANÍMATE AL RECORDAR LO SIGUIENTE:
“Mi Dios suplirá todo lo que me falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús”. (Filipenses 4:19)
“Dios no me ha dado el espíritu de cobardía, si no de poder, de amor, y de dominio propio”. (2 Timoteo 1:7)
“Jehová es la fortaleza de mi vida”. (Salmo 27:1)
Nunca confieses que el enemigo gobierna tu vida, “porqué mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo”. (1 Juan 4:4)
“Dios siempre me lleva en triunfo en Cristo Jesús”. (2 Corintios 2: 14)
“Dios ha hecho también que Cristo sea nuestra sabiduría”.
(1 Corintios 1:30)
“Por su llaga fui curado” (Isaías 53: 5), y Jesús “mismo tomó mis enfermedades y llevó mis dolencias” (Mateo 8:17)
“Echando toda mi ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de mí” (1 Pedro 5:7). Con Cristo estoy libre de preocupaciones.
Nunca más confieses esclavitud, “porque el Señor es el espíritu; y donde está el espíritu del Señor allí hay libertad” (2 Corintios 3:17). ¡Mi cuerpo es el templo del Espíritu Santo!
No confieses condenación, porque “no existe la condenación para aquellos que están en Cristo” (Romanos 8:1). Yo estoy en Cristo; por lo tanto, estoy libre de condenación.
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