BENDICION FAMILIAR



“Venid, adoremos  y postrémonos; arrodillémonos delante de Jehová nuestro Hacedor.  Porque él es nuestro Dios; Nosotros el pueblo de su prado,  ovejas de su mano.”
Salmo 95:6-7


Cuando el salmista David, escribe estos versos, su propósito es motivarse y motivar a otros a alabar a Dios, con cánticos de alabanza, con espíritu gozoso y alma agradecida.   


Además, nos llama a reunirnos a adorar y a postrarnos de rodillas delante de nuestro creador porque su pueblo somos y hechuras de sus manos.  El es Dios Soberano, quien formó las profundidades de la tierra, las alturas de los montes, el mar y la tierra.


Por tanto, debe ser nuestra lucha constante en incitar a nuestra familia a congregarse y adorar a quien nos compró con su sangre bendita en esa cruz, quien borró nuestros pecados y restauró nuestras vidas para bendición.  Sabiendo que nuestra lucha no es contra sangre y carne, sino contra principados, por lo cual debemos tomar toda la armadura de Dios y luchar por quienes están a nuestro lado, animándoles y amándoles.

 

No olvidemos que nuestra bendición está en atender al llamado de Dios.