¿Verdadero o Falso?


 
 
 Demasiada gente ha sido herida y confundida por el uso erróneo de la profecía; y si bien la Palabra nos dice claramente: "No menospreciéis las profecías" (1 Ts 5:20), es nuestro deber cuidar que toda profecía que oímos sea probada y juzgada (examinada) por personas capacitadas en la iglesia, antes de recibirla: "Asimismo, los profetas hablen dos ó tres, y los demás juzguen" (1 Corintios.14:29-33). "Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo" (1 Jn 4:1). Vea, aquí los apóstoles bíblicos nos enseñan a nosotros a que seamos cuidadoso, procurando examinar lo que escuchamos como profecía antes de tomarla como de Dios.

Algunos hoy andan profetizando de su propio corazón incoherencias; otros profetizan buscando o repartiendo parejas para casamiento; otros profetizan por dinero y lucro; otros por popularidad y poder; otros profetizan repartiendo ciertos ministerios a gente que no tienen ese llamado de parte de Dios ect., Usted como cristiano tiene el derecho de probar toda profecía que oye del profeta. La profecía que es Dios hace tres cosas: Edifica, exhorta y consuela (1 Co.14:29-33). 


CÓMO SE EXAMINA LA PROFECÍA DE DIOS: 

  • Su mensaje es bíblico. Toda profecía debe ser examinada a la luz de la Palabra de Dios. Si una profecía no va de acuerdo con la Biblia, dicha profecía es falsa y debe ser rechazada inmediatamente. La profecía de Dios jamás contradice la Escritura bíblica, porque la Biblia es la máxima autoridad de Dios y la palabra profética más segura (2 P.1:21-22).
  • Su mensaje edifica. La profecía de Dios lleva una enseñanza para instruir en algún tema en particular, a fin de que los creyentes aprendan más de Dios. Puede dar dirección ministerial, y señalar qué personas el Espíritu Santo ha escogido para el ministerio (Hch.13:1-4; 1 Cor.14:31).
  • Su mensaje exhorta. La profecía de Dios usa un lenguaje comprensible y especifico que orienta y dirige al creyente. Jamás dice incoherencias o causa confusión al oyente. Exhorta dando palabras de ánimo al caído, pero también amonestación cuando el creyente peca deliberadamente, influenciando a la persona para que se arrepienta en amor. La profecía de Dios saca el pecado a la luz. También puede dar instrucciones para enfrentar o solucionar problemas (Hch.9:10-12; 27:22; Jn.4:1-42; 2 S.12:1-25).
  • Su mensaje consuela. La palabra profética consuela ante cualquier situación de prueba y tribulación que pueda estar atravesando un creyente. Jamás la profecía de Dios pisotea, denigra o menosprecia al creyente, tampoco fomenta contiendas necias o controversias entre hermanos (Hch.15:32). 



CÓMO DISTINGUIR LA FALSA PROFECÍA: 

  • Busca engañar. Hay profecías que no proviene de Dios. Ezequiel. 13.3 dice: "Ay de los profetas insensatos, que andan en pos de su propio espíritu, y nada han visto!". Aquí el Señor denuncia a los profetas que hablan necedades de su propio corazón; no es el Espíritu Santo el que habla, sino el propio espíritu de ellos, o Satanás a través de ellos. Gente que vive profetizando cosas de su propio corazón, diciendo: "el Señor me dijo", "el Señor me ha revelado"; pero cuando usted oye lo que dicen, se da cuenta que son mentiras, profetizando cosas extrañas que no son bíblicas.
  • Trae confusión. La falsa profecía fomenta la vanidad y el materialismo por encima de lo espiritual. Ezequiel. 13:6 dice: "Vieron vanidad y adivinación mentirosa. Dicen: Ha dicho Jehová, y Jehová no los envió...". Aquí en el texto se señala a los profetas que hablan vanidades cuando debieran hablar al corazón del pueblo para arrepentimiento. Hoy algunos parecen "casamenteros", con la mala costumbre de profetizar parejas a los hermanos en la iglesia, buscándole una novia al soltero y un novio a la soltera, causado estragos en las congregaciones, fornicaciones y divorcios. Profetas "adivinos" profetizando ministerios a gente que no tienen el llamado del cielo; profetizando casas, autos, negocios...ect. a gente impía y que está en pecado o que están tibios en la iglesia. Palabra que Dios NO ha hablado (Job.33:14-15).
  • Encubre el pecado. La falsa profecía gusta de encubrir el pecado. Ezequiel. 13.22, dice: "Por cuanto entristecisteis el corazón del justo, al cual yo no entristecí, y fortalecisteis las manos del impío, para que no se aparte de su mal camino, infundiéndole animo, por tanto no veréis más vision vana... y sabreis que yo soy Jehova". Aquí el texto habla de los falsos profetas que profetizan palabra suave para consentir el pecado del pueblo; y profetizan mentiras y hasta se levantan en contra del justo. Profetizan bendición al impío, no importa si es un adultero o ladrón, ellos le profetizan bien, diciendo: "Dios está contigo, sigue adelante"; todo esto hacen por dinero. Una practica que es abominable; los falsos profetas serán juzgados y condenados por Dios (Ezq.13:22-23).

Amados hermanos, hoy más que nunca debemos probar la profecía a la luz de la Biblia. Muchos hoy profetizan para engañar, diciendo: "Así ha dicho el Señor"..." Cuando en verdad Dios no ha dicho nada (Ezq.13:3). Aclaro que NO debemos ignorar las profecías o el profetizar pues es un don del Espíritu Santo y un mandamiento directo de la Palabra de Dios, 1 Tesalonicenses 5:20, 21 dice: "No menospreciéis las profecías...". Pero luego cuando nos dice: "Examinaldo todo y retened lo bueno", claramente indica que habrá en el camino algunas profecías que por varias razones NO serán buenas, NO perfectas, NO dadas por Dios, en las cuales no debemos poner nuestra fe. Así que, hermanos, seamos cuidadosos, siempre procurando tener la Escritura como referencia absoluta de la verdad; no despreciando las profecías, ni ignorándolas, pero si probando si es o no de Dios. Aprovechemos la bendición del Señor y la sabiduría del Espíritu Santo que nos ministra mediante el don de profecía.

Pidamos discernimiento de espíritu a Dios.