¿Necesitas un consejo?... ¿Realmente lo necesitas?


Si no sabes que hacer… y lo necesitas de verdad, puedes seguir leyendo.  Pero si en tu vida hoy no necesitas ayuda, solo deja de leer.

Pero si has decidido seguir con la lectura para recibir un consejo, te quiero contar del reinado de Salomón y su hijo, conoces su nombre… bueno te cuento que su nombre es Roboam.

Quiero que juntas recordemos algunas características que tenía Salomón, primeramente era hijo del Rey David, también un hombre con gran liderazgo y sabiduría, que había permitido mantener unido el reino que recibió de su padre.  Sin embargo, debido a su debilidad espiritual, introdujo prácticas paganas en el pueblo, desobedeciendo la voz de Dios, sentenciando la división del reino.
          Es así cuando Salomón muere, Roboam comienza a gobernar a los 41 años de edad y el pueblo se presenta delante de él para solicitarle que disminuyera el yugo pesado que su padre había puesto sobre ellos, con el compromiso que si consideraba su petición el pueblo le serviría.  Es ahí cuando Roboam solicita consejo a los ancianos, consejo que fue rechazado, aceptando el consejo de los jóvenes y respondiendo al pueblo de la siguiente manera: “Mi padre agravó vuestro yugo, pero yo añadiré a vuestro yugo; mi padre os castigó con azotes, más yo os castigaré con escorpiones”.   Abandonando el consejo sabio, Roboam, no previó las consecuencias para el pueblo y solo apresuró el propósito que Dios tenía con ellos, la división.
          Cuántas veces nos hemos sentido desanimadas, angustiadas, desorientadas y hemos pedido consejo… Consejo que ha clarificado nuestro camino a seguir, sin embargo, hacemos las cosas a nuestra manera desatendiendo las palabras sabias que alguien nos comparte.  No es una necedad pedir un consejo si no tenemos la intención de seguirlo?.  Cuántas veces hemos recurrido a quien con seguridad y confianza nos podemos acercar sabiendo que no nos engañará, que todo consejo será entregado con un propósito para nuestras vidas, beneficiando nuestro caminar y lo desatendemos?, olvidando que nuestro Dios a través de su palabra habla verdad?. No es absurdo pedir palabra y desobedecer a ella.

“Oirá el sabio, y aumentará el saber,

y el entendido adquirirá consejo” (Proverbios 1:5)