EL Leproso

Mat 8:2 Un hombre que tenía lepra se le acercó y se arrodilló delante de él. --Señor, si quieres, puedes limpiarme --le dijo. Este es el primer milagro mencionado por Mateo y empieza con un leproso, la lepra tiene un sentido de pecado, inmundicia según nos los muestra el antiguo testamento en (Levítico caps. 13 y 14), hoy la ciencia médica ha encontrado tratamientos que curan la lepra, pero esto no deja de lado el importante significado que Jesús implica en este milagro pues revela la intención de limpiar al pueblo del pecado.

Mat 8:3 Jesús extendió la mano y tocó al hombre. --Sí quiero --le dijo--. ¡Queda limpio! Y al instante quedó sano* de la lepra. ¡Qué fe más maravillosa fue ésta! No dice que creía que el Señor pudiera sanarlo, sino que, con una brevedad expresiva de una confianza que no conocía duda se entregó en adoración al postrarse ante El y reconoció su autoridad frente a la enfermedad, cosa que ninguno de los que estaba a Su alrededor sintió o realizó antes. Contrario a lo que la ley descrita en Levítico describe, Jesús en vez de apartarse de la contaminación que representaba tocar un leproso, lo toca y declara ¡Queda limpio! Que declaración tan sencilla pero tan llena de poder y autoridad.