Lección 1A y 1B




Lección 1A 

¿Cómo es la biblia?

Recordemos que la primera lección nos habla de que la palabra de Dios es más preciada que el oro, más dulce que la miel, y es la leche que nos hace crecer.
  • Cada atleta olímpico anhela ganar una medalla de oro. De modo que la frase “yendo tras el oro” ha llegado a significar “aspirar a los más alto, lo mejor, lo más precioso”. Al hablar de las ordenanzas o mandamientos de Dios (que son una parte de la palabra de Dios, la biblia) el Salmo 19:10 dice:                “Deseables son más que el oro”
  • En el mismo versículo, el salmista dice que las ordenanzas o mandamientos de Dios, en la biblia, son también:         “dulces más que la miel”
  • La biblia es nutritiva como leche no adulterada. En 1ª de Pedro 2:2 nos dice:
    “desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación.”

Lección 1B

¿Cómo usar la biblia?

En esta lección vimos tres ejemplos más, que nos muestran cómo podemos usar la biblia y  sacar beneficio de ella.
  • En este mundo obscuro, donde estamos rodeados de pecado y aun nuestras conciencias están entenebrecidas, necesitamos una luz para guiarnos.

El salmo 119:105 dice:     “Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino.”

La primera manera en que podemos usar la biblia, es como una lámpara para guiar nuestros pasos. Tal como una lámpara nos ayuda a caminar por una senda de noche, así la biblia nos ayuda a caminar en la senda de Dios, en este mundo obscuro. Nos preserva del peligro y nos guía a nuestro hogar en el cielo. Podemos recibir luz de la palabra de Dios por meditar en ella y por obedecer.

  • En el libro de Efesios se describen las diferentes armas espirituales que Dios nos da para hacer su obra y para vencer al diablo.

    En esta lista se incluye “la espada del espíritu, que es la palabra de Dios”.   (Efesios 6:17)

    En tiempos de paz, la gente no necesita de espadas. Pero, según la biblia, cada cristiano está involucrado en una feroz batalla espiritual contra Satanás y no podemos luchar contra él con armas materiales. Por eso, Dios ha puesto en nuestra mano un arma espiritual, su palabra.

  • Podemos también leer la biblia como una carta de Dios, para mostrarnos su amor. ¡Muchas veces somos lentos y perezosos para leer la carta de Dios a nosotros! Contiene muchas declaraciones de su amor:
     “Con amor eterno te he amado”.     (Jeremías 31:3)

     “Aunque una madre olvide a su hijo, yo nunca me olvidaré de ti”.(Isaías 49:15)

    “No te desampararé, ni te dejaré”. (Hebreos 13:5)

Para saber cuánto nos ama Dios solo debemos leer su palabra.