Una mujer…


Inspirados en la mujer virtuosa del capítulo 31 de Proverbios, se han escrito muchos libros y artículos, se han predicado muchos mensajes y charlas. La razón de todo este esfuerzo es que esta mujer es un ejemplo digno de imitar: es ella, simplemente, el prototipo de mujer que Dios quisiera encontrar en cada una de sus hijas.

Virtud es la disposición constante del alma, que nos invita a obrar bien y a evitar el mal. Cualidades que van desde la honradez y la diligencia hasta la gracia y la sabiduría.
La mujer dispuesta a agradar a Dios es aquella sujeta al propósito divino de salvaguardar la familia por encima de todas.

La actitud de esta mujer virtuosa en el contexto del hogar. La relaciona básicamente en el seno de su familia. Es decir, que la mujer dispuesta a agradar a Dios es aquella sujeta al propósito divino de salvaguardar la familia por encima de todas las filosofías, enseñanzas y atractivos materiales de este mundo.

Esta mujer virtuosa no es conformista, La mujer virtuosa es feliz: ella es el apoyo de su esposo. Es difícil para él prescindir de ella. No compite con su marido, sino que lo apoya, lo exalta, consigue aligerarle la carga; es una esposa eficiente en realizar lo que le corresponden y él puede confiar y descansar en ella.

La mujer virtuosa es difícil de hallar, es escasa y la Biblia la compara a las piedras preciosas.
La mujer virtuosa no busca las glorias de este mundo. Todo lo contrario, en su obediencia al Señor trabaja por el bienestar de los suyos. Su entrega y dedicación, su servicio y sabiduría provocan la admiración de todos los privilegiados de conocerla y de estar cerca de ella.

Anhelemos en nuestro corazón ser mujeres al agrado de nuestro Dios.
El bendiga tu vida...