AGUA PARA EL ALMA

Jesús exclamó: ¡Si alguno tiene sed, que venga a mí y beba!
Juan 7:37


¿Eres tú alguno? En ese caso, acude al pozo porque calificas para recibir su agua. Son bienvenidas todas las edades y tanto hombres como mujeres de todos los tiempos. Ninguna raza se excluye. Todos son bienvenidos. No tienes que ser rico para beber, ni religioso ni exitoso. Tan solo necesitas seguir las instrucciones acerca de qué, o mejor dicho, quién has de beber: Él. A fin de que Jesús haga lo que hace el agua, debes permitirle penetrar tu corazón. Hasta el fondo, muy dentro y profundo.
Tómalo. Interiorízalo. Dale la bienvenida en los rincones más recónditos de tu vida. Deja que Cristo sea el agua de tu alma.

Acércate sediento
Max Lucado