¿QUÉ PIENSA EL MUNDO DE LA MUJER?


Rechazada y marginada por la sociedad. En algunas culturas, la mujer es un objeto, ha sido marginada e impedida de ser ella.Colocada en una posición inferior al hombre, su sierva, su esclava.Criticada en la historia de muchos pueblos. El hombre judío oraba: Dios te doy gracias que no nací gentil, ni esclavo, ni mujer.Considerada superior al hombre en sentimientos, habilidades y potencialidad y así tiene que reemplazarle en la vida pública y social.Considerada igual al hombre y está en competencia con él.


¿QUÉ DICE DIOS ACERCA DE NOSOTRAS LAS MUJERES?


Somos hechas a la imagen de Dios. Génesis. 1:27, 5:1,2. “Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. El día en que creó Dios al hombre, a semejanza de Dios lo hizo. Varón y hembra los creó; y los bendijo.”
Somos formadas por Él, en el vientre de nuestra madre. Sal. 139:13-16.Somos personas por la cual Cristo murió. Romanos. 5:8. Más Dios muestra su amor para con nosotros en que siendo aún pecadores Cristo murió por nosotros.
Somos templo del Espíritu Santo. 1 Cor. 6:19. ¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?
Somos creadas para gloria de Dios. Is. 43:7. todos los llamados de mi nombre; para gloria mía los he creado, los formé y los hice.

Somos creadas para grandes cosas. Ef. 2:10. Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.

Entonces podemos entender que el Valor de una mujer es: El gozo de saber que Dios nos ha creado con la mentalidad de autogobernarnos en todos los roles de la mujer, la belleza de la respuesta emocional al amor y al dolor, la fuerza de seguir lo que tiene valor, de soportar lo que es necesario y de dejar de lado lo que no es para nosotras, el gozo de ser madres si traemos o no hijos al mundo, la paz de aceptarnos a nosotras mismas como ciudadanas no de segunda clase sino de primera, y la seguridad de saber que somos hijas del Dios altísimo quien nos ama y nos cuida y con quien viviremos eternamente.