UNA FUENTE AMOR

"En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y envió a su hijo para que fuera ofrecido como sacrificio por el perdón de nuestros pecados".


1 Juan 4:10



Lo cierto es que ya has tenido suficiente amor humano, ¿no es así? Ya bastantes tipos te han coqueteado con sinceridad de imitador de Elvis Presley. Suficiente información hay en los diarios que te dicen que tu amor verdadero está a una sola dieta de distancia. Suficientes expectativas infladas con helio por parte de jefes, padres y pastores. Suficientes mañanas en las que hueles los errores que cometiste en tu búsqueda de amor la noche anterior.
¿No necesitas una fuente de amor que nunca se seque? La encontrarás en un monte pedregoso en las afueras de las murallas de Jerusalén, donde Jesús cuelga clavado y coronado de espinas. Cuando sientas que nadie te ama, asciende este monte. Medita muy bien en el amor de Dios por ti. Ojos cerrados a golpes, hombros molidos como carne cruda, labios sangrientos y partidos. Barba ensangrentada y arrancada a puños. Resuellos de aire que escapan de los pulmones.
Mientras observas el rostro escarlata del único hijo de cielo, recuerda esto: “ Pero Dios demuestra su amor por nosotros en esto: en que cuando todavía éramos pecadores, Cristo murió por nosotros”.

Acércate sediento
Max Lucado