LA ORACIÓN; HUMANA- DIVINA


“Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá”. Mateo 7:7-11


Cuando hablamos de oración, hablamos de Comunicación, es decir, existe un receptor a nuestras suplicas. Es en ese momento cuando Dios hace callar a todos sus Ángeles y presta atención a nosotros sus hijos. La oración no es tan solo pedir y recibir, sino que involucra agradecer, adorar y alabar a nuestro amado y buen Dios.
Existe un elemento vital en la oración y eso es la constancia; ¿que ocurriría si nuestra comunicación con nuestros esposos o hijos, fuera una vez a la semana o al mes?, obviamente sería una mala comunicación y además no sabríamos lo que le ocurre al otro.
Si Él ve en nosotros actitudes de indiferencia, desobediencia y nota ciertos hábitos no saludables en nuestra manera de vivir, Dios demora la contestación para sus hijos. Tal vez, Él ya la tiene empaquetada y lista para enviarla, pero no puede ni quiere hacerlo hasta que tengamos una posición espiritual para recibirla.
En ninguna parte de la Biblia dice que orar es fácil, siempre existirán luchas que nos van a impedir tener una buena relación con Dios, sin embargo, debemos luchar constantemente por tenerla, de esta forma sabremos esperar en la buena voluntad de Él para nuestras vidas.
Nutramos nuestro espíritu con el poder de la oración.