MATRIMONIO: REGALO DE DIOS QUE BEBEMOS CUIDAR

Cada día en Pro de la modernidad debemos escuchar un sin fin de comentarios y frases que pretenden resaltar que por estar en el siglo XXI el matrimonio y las relaciones sexuales son considerados como una arcaica realidad, muchos alzan la voz airadamente e incluso ridiculizando a quienes consideran el matrimonio y la abstinencia sexual hasta el matrimonio como el método infalible para evitar la trasmisión de enfermedades sexuales en nuestra juventud o que el matrimonio es una experiencia bendita pues nace del corazón mismo de Dios. Este tipo de comentarios no solo se escuchan en medios masivos ,incluso en nuestros trabajos y círculos cercanos se nos interpela como absurdos cuando pretendemos elevar el valor del matrimonio y esperar hasta esta instancia para comenzar una sana y bendecida vida sexual junto a una pareja única.

La gran mayoría de las nuevas generaciones parecen defender el derecho a probar primero la compatibilidad en todas las áreas antes de dar el paso hacia una vida matrimonial o lo que es cada vez más habitual deciden tan solo vivir en pareja sin contratos ni obligaciones, muchos basados en un amor libre y no obligatorio.

Lamentablemente que lejos están todos estos valores de la realidad bíblica que se nos muestra que el matrimonio no es una institución inventada por los humanos. Dios quiso que el matrimonio fuera permanente, no un experimento que se puede abandonar si uno o ambos no están satisfechos. Las frívolas razones por las que la gente a menudo se divorcia no son aceptables para Dios sino que van en contra de las Escrituras y causan mucho dolor y caos en la vida.

Ambos cónyuges son responsables del éxito del matrimonio. Deben respetar sus sentimientos y derechos mutuos. Nunca deben olvidar el concepto de "una sola carne" en el matrimonio que Dios mismo estableció en el principio. El matrimonio es más que un contrato legal. Une a dos personas espiritual, emocional y físicamente. Cuando ambos cónyuges sirven a Dios, su relación mutua se hace más preciosa. La "entrega" es la palabra clave en el matrimonio. Se aceptan las responsabilidades y se hacen las adaptaciones necesarias. El matrimonio santo es para toda la vida.

Como cristianos defendemos el matrimonio y es nuestra opción y la opción que pretendemos trasmitir a nuestros hijos, pero no podemos negar las dificultades que en el camino matrimonial encontramos las estadísticas son ciertas y reflejan que 1 de cada 3 matrimonios terminan en divorcio o separación razón por la cual la gente le teme al matrimonio y prefieren vivir en fornicacion hasta ver qué sucede ,muchas veces el problemas no es que no quieran sino que no pueden permanecer unidas y es por esto que debemos tener claro cómo se puede conservar el matrimonio. Hay personas que pierden la esperanza de resolver los problemas para conservar su vida matrimonial. Pero nosotros contamos con suficientes razones para declarar victoria, siempre y cuando exista la disposición de oír y obedecer el consejo bíblico, dando lugar al Espíritu Santo para que obre y haga en nuestra vida lo que nosotros no podemos hacer.